Entrevista



“Las redes sociales han sido nuestra 
gran ayuda”

Natalia Pérez es de Barcelona, tiene 31 años y hace cuatro decidió crear un mercadillo de segunda mano como los que había visto en sus viajes. No imprime carteles pero gracias a Facebook, Twitter y blogs, Flea Market Barcelona ya se ha hecho un lugar en el mapa y se ha convertido en una cita imprescindible para los amantes del vintage 


Natàlia Pérez, en el puesto de información de la edición de FleaMarketBcn del 12 de noviembre

¿Cuál es el origen de los flea markets?
No está muy claro el origen, pero yo diría que el flea market procede de Francia. Después de una recesión económica muy fuerte la gente empiezó a sacar las cosas que ya no utilizaba para venderlas y ayudar a la economía familiar, y como no había muchos recursos ni buenas condiciones se llenó de pulgas y se empiezó a llamar el mercado de las pulgas. Es una tradición que ya tiene muchos años de historia y se hace en muchísimas ciudades de Europa y Estados Unidos, sobre todo ciudades sajonas o francófonas y nos dimos cuenta de que aquí, en Barcelona, aún no había.

¿Cómo nació el Flea Market de Barcelona?
El FleaMarketBcn emezó hace 4 años. Se nos ocurrió a mi chico que es inglés y a mí; él veía que en Inglaterra se hacía mucho y pensamos ¿por qué no? Es verdad que en Barcelona hace mucho tiempo que existen Els Encants, pero ha perdido su esencia a través del tiempo porque siempre son las mismas personas y tampoco tienen cosas increíbles.
Al principio éramos pocos, sí que hay muchos más mercadillos que han surgido a partir del nuestro, pero nosotros siempre nos hemos definido como un mercado de segunda mano basado en los originales dónde sólo hay cosas de segunda mano que la gente ya no quiere porque ya no le da uso. La idea es que cualquiera pueda venir y vender sus cosas, por eso no permitimos vender artesanías, cosas manufacturadas porque ya entraríamos en otros precios y condiciones.

Cuando comenzaste hace 4 años, ¿te inspiraste en algún flea market existente?
La verdad es que no, supongo que mi chico ya había visto alguno de éstos y yo he vivido en Londres y recuerdo el de Portobello, pero yo me imaginaba más a la gente trayendo sus cosas y disfrutando de un rato agradable. De hecho, en principio era solamente entre amigos y luego, poco a poco fue creciendo. Era muy original, undreground, entre amigos, sacabas tu ropa y preguntabas en qué momento te has puesto esto; y resulta que ya no te lo vas a poner nunca más pero que le puedes sacar partido.

¿Tenéis competencia?
No tenemos, y si lo miramos fríamente vendrían a ser los otros mercadillos pero en realidad no lo son. Mientras más cosas de este tipo se hagan más gente querrá asistir y así, habrá una ruta de mercadillos en Barcelona. Estamos muy orgullosos de haber creado esto, así que la competencia que pueda surgir será beneficiosa para nosotros.

¿Qué podemos comprar en los Flea Markets que organizas?
Pues en el nuestro la ropa es el contenido estrella, sobre todo de chicas, complementos, zapatos, bolsos, bisutería, objetos curiosos como juguetes antiguos, cómics, libros, tablas de surf, patines… La idea es que haya variedad y no sólo ropa. Yo siempre pido que la gente me diga qué van a vender. He visto gente vendiendo cables o teléfonos usados, siempre y cuando sean de segunda mano, estén en buen estado y se vendan a precios razonables.

Entonces, ¿podemos encontrar artículos vintage en vuestros mercados?
No tienen por qué ser cosas vintage, que son los artículos que a veces son nuevos y en ocasiones, de segunda mano, sobre todo ropa o decoración pero que tiene que tener 20 años de antigüedad. El vintage se vende pero no es nuestra especialización. El proceso es recopilar la ropa y objetos que ya no utilizas, lo agrupas todo y lo pones a la venta.

¿Por qué FleaMarketBcn es el mercadillo de segunda mano de estas características que tiene más éxito?
Creo que las redes sociales han sido nuestra gran ayuda. Han sido muy importantes y nuestra imagen 2.0 ha hecho que nuestro mercadillo haya ido creciendo cada vez más. De hecho, ya no nos cabe más gente. Además, elegimos el nombre de “Flea Market” para que fuese más fácil de encontrar en la red y nos ha funcionado bastante bien porqué está bien indexado y nos ha beneficiado muchísimo.

¿Así que la gente os conoce a través de Internet?
Sí y además los propios participantes hacen un poco de publicidad y nos ayudan a difundir la información a través de blogs, Facebook y Twitter. Es como tener su propia empresa y como es pequeña, tienes que hacer un poco de relaciones públicas. Y qué mejor forma que hacerlo a través de las redes sociales.

¿Cuándo notaste el éxito del Flea Market de Barcelona?
Hubo un momento en que morimos de éxito porque hace dos años lo hacíamos en el Maumau, también nos ayudó mucho Le Cool y esto hizo que mucha gente acudiera a nosotros. Hace un año encontramos el Espai Jove del Eixample, dónde caben 60 puestos y, aunque 100 peticiones se quedan sin sitio, es así como hemos ido creciendo. Por otra parte, estamos en contacto con la gente del Distrito de Ciutat Vella y por estar constituidos como asociación una vez conseguimos hacerlo en la plaza Blanquerna del Raval dónde fue mucha gente y también nos ayudó a darnos a conocer.

¿La crisis tiene algo que ver con el éxito del Flea Market?
Siempre nos preguntan si el mercadillo funciona por la crisis y la respuesta es sí. Por ejemplo, muchas veces nos llegan madres separadas con hijos, gente joven que no tiene trabajo… que tienen muchas cosas para vender y quieren participar y a veces no podemos porque ya no tenemos más sitio para colocar más puestos

¿Hay alguna filosofía detrás del FleaMarketBcn?
La filosofía en que creemos es de darles un segundo uso a las cosas y así ser más ecológicos. Es nuestro pequeño grano de arena para combatir el calentamiento global. Para mí, lo más importante es que estamos empezando a cambiar la mentalidad de la gente y expresando que otra economía es posible. De hecho, nuestro eslogan es: “lo que tú ya no quieres puede ser un tesoro para otro”. Intentamos concienciar también que no es necesario consumir tanto y hacerlo de una manera más inteligente. Detrás de todo esto tenemos un fondo muy estricto: no imprimimos carteles porque no queremos gastar papel.

¿Qué elemento atrae a la gente a comprar en este tipo de mercadillos?
La gente quiere tener su propio estilo, usar prendas únicas que reflejen su personalidad, además de que la ropa ahora es de muy mala calidad y prefieren cosas que no tenga nadie y que las puedan usar por más tiempo, además los blogs sobre moda están muy en auge y esto también influye.

¿Te dedicas a esto o es un pasatiempo?
Mi chico y yo empezamos a hacerlo como un pasatiempo pero ahora implica mucho tiempo y dedicación. Durante dos semanas al mes yo me dedico a mandar correos electrónicos y la convocatoria la envío una vez al mes, las respuestas son inmediatas, puedo tener hasta 200 correos en la bandeja de entrada, así que toma mucho tiempo responderle a los interesados.

¿Cuál es el criterio de selección para escoger a los que participarán en el mercadillo?
Normalmente a medida que van llegando los correos electrónicos les vamos asignando un puesto. También le damos prioridad a quien no venda libros o discos, que haya variedad,  queremos que haya chicos porque también tienen cosas para vender y la convocatoria la abrimos cuando nos confirman la fecha para poder utilizar el espacio.

¿Quién decide los precios?
Los precios los deciden los vendedores. Es algo arbitrario pero sugerimos que sean accesibles, nadie va al Flea Market con 200 euros, aunque hay cosas que sí lo valen y a veces se venden. La gente va a sacarse de encima cosas que ya no utilizan, si las ponen muy caras no van a salir de ellas, entonces animamos a que regateen, que hagan descuentos o intercambios entre las paradas.

¿Habéis hecho alguna edición en otras ciudades?
Hicimos uno en Madrid y vino muchísima gente y eso que tienen el Rastro. De hecho, la idea es que se haga una semana aquí y otra en Madrid. Si alguien quiere hacerlo en otra ciudad o incluso en otro país nosotros los podemos ayudar y darles referencias de cómo hacerlo.

¿Cuáles son las expectativas que tenéis de cara al futuro?
Pues seguir haciendo el mercadillo en la calle, en la plaza del Raval, porque aunque  estamos muy a gusto en el Espai Jove, hay una realidad y es que ya no cabemos y la gente empieza a quejarse.

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